A menudo sueño que vivo en un mundo que nunca he llegado a conocer. En este mundo los políticos están al servicio de la gente y no al servicio de la codicia más desmesurada. Los medios de comunicación están al servicio de la verdad y no de la política. En consecuencia, transmiten todo tipo de noticias, incluidas las positivas que ocurren a diario, y lo hacen con absoluta transparencia. En este mundo miro al cielo y no veo la cuadrícula de ajedrez que dejan continuamente las estelas químicas. Solo veo vida y puedo abrir mis pulmones y respirar plenamente.
En el mundo que sueño a menudo veo un sistema sanitario al servicio de la salud y de la prevención, y no de la enfermedad la cual se ha convertido en un gran negocio. En mi sueño tampoco existe la mafia alimenticia, sino que se promueve la alimentación consciente y los alimentos son altamente sanos porque proceden de cultivos de la manera tradicional y a la vieja usanza. Lo que comes tiene el poder de sanarte o enfermarte (esto enlazaría con el gran negocio farmacéutico, ya que detrás se encuentran las mismas corporaciones).
Sí, sueño todo esto y mucho más; con un mundo donde las redes sociales promueven lo que nos une a todos y no lo que nos diferencia (por algo se llaman redes sociales). En estas redes las personas pueden expresar lo que piensan siempre que sea desde la educación y el respeto, sin peligro a ser censurado, boicoteado o penalizado. Por lo que cada cual puede ser libremente quien es y expresar la individualidad que ha venido a desarrollar a este mundo. Por lo que todos aprenden de todos y eso enriquece. Además los vídeos virales serían los que aportan valor al conjunto de la sociedad y no en los que alguien sale haciendo el ganso (todos mis respetos a este noble animal), insultando al vecino, discutiendo con la madre, o demás sinsentidos.
También sueño con un sistema educativo basado en el respeto al individuo donde se potencian los dones y talentos de cada persona. Por tanto, se dan herramientas para que cada uno pueda desarrollar su genuinidad y vivir de ello en un futuro. En mi mundo no existe el sistema educativo basado en el adoctrinamiento donde las personas son abocadas a convertirse en números creando una fábrica de futuros adultos insatisfechos con sus vidas. En mi mundo el sistema educativo se basa en transmitir los valores de la cooperación y no de la competitividad.
En mi sueño la actividad económica se basa en el intercambio justo y consciente. No en una sociedad esclavizada por el consumismo en la que todos se encuentran en «la carrera de la rata» como diría Kiyosaki. Las energías serían libres y renovables no teniendo que pagar una cantidad mensual abusiva cuando la propia naturaleza ya nos lo da todo.
Sí, a menudo sueño que vivo en un mundo que nunca he llegado a conocer. Sin embargo, somos muchos los que ya estamos soñando con un mundo así. Por eso sé que ahora sí es posible. Ya somos una masa crítica de personas trabajando por un cambio de paradigma pues el actual está caduco y no se sostiene. Es posible que deje de ser un sueño.
Raquel Izquierdo Dasí
@raquelidcoach