Todos conocemos personas limitantes que tienen miedo a todo. El miedo es el gran bloqueante en una vida humana. El miedo contrae y paraliza. Son personas temerosas de la vida. Si las observas siempre están en el mismo sitio, nunca salen de su zona de confort por miedo a lo desconocido. Por ejemplo: aunque no estén felices en un trabajo no se moverán de ahí. Tienen miedos de todo tipo; económicos, personales, etc. Y los cambios les aterran. Por eso siempre permanecen inmóviles y alerta de cualquier «peligro» imaginario que les pueda acechar. Llevan una existencia lineal en la que intentan constantemente que las cosas sean como ellos quieren. Esto les obliga a querer ejercer un control excesivo sobre todo aquello que les rodea.
Lo peor de este tipo de individuos es que lanzan su zarpa implacable de negatividad sobre las personas de su entorno. Esto tiene graves consecuencias sobre la psique del sujeto que recibe la oscura visión de su familiar. Cada vez que vayas a hacer algo te «advertirán» de todos los supuestos «peligros» y consecuencias de realizar esa acción. Imbuyen tu mente con todo tipo de imágenes catastróficas. Como normalmente suele venir de gente de tu entorno, no te das cuenta porque es muy sutil (sobreprotección disfrazada de preocupación y amor). En realidad, te están proyectando sus sombras e inseguridades.
Estas personas perciben un mundo hostil y amenazante que les llena de frustración y que puede derivar en la enfermedad. Pero no solo ellas se ven afectadas por su actitud ante la vida sino también las personas de su entorno. Esto es porque tu inconsciente no distingue si lo que está escuchando es real o no, simplemente lo adopta haciendo que finalmente también acabes sintiéndote mal. No lo cuestionas porque viene de personas a las que quieres y, como decía antes, sucede de una manera muy sutil. Así que mucho cuidado porque ¡las emociones se contagian! y sin darte cuenta estarás actuando como esas personas y frenando tu progreso.
¿QUÉ HACER EN ESTE CASO?
1. Observa si lo que estás haciendo viene realmente de ti o si es una creencia aprendida de tu entorno.
2. Observa cómo te sientes cuando estás haciendo algo.
3. Si pensabas hacer algo y ya no lo vas a hacer (un proyecto, una compra, un viaje, etc.) observa si has dejado de hacerlo porque realmente ya no te apetece, o porque alguien de tu entorno te ha dicho que es mejor no hacerlo por algún motivo.
4. Aprende a poner límites y a decir a esa persona que sus miedos son suyos y no tuyos. No permitas que vuelquen sobre ti lo que ellos no se atreven a hacer. Tu vida es tuya y de nadie más.
Desde un punto de vista psicológico la sobreprotección está considerada como un comportamiento tóxico. Esto es porque te priva de experimentar, así como del aprendizaje que cada vivencia lleva implícita.
Al fin y al cabo LA VIDA SE TRATA DE TOMAR ACCIÓN.
Raquel Izquierdo Dasí