En el camino del crecimiento personal nos encontramos con que, en muchas ocasiones y desde nuestro mejor saber-hacer, intentamos transmitir a nuestro entorno todo aquello que nos ha servido a nosotros. Poco a poco empezamos a contemplar la vida desde un prisma más elevado. Así llegamos a comprensiones más profundas sobre nuestro sendero vital en particular, y sobre el funcionamiento del mundo en general.
Al tomar contacto con nuestra propia sombra, somos capaces de dilucidar aquellos patrones que seguíamos de manera inconsciente y que manifestaban realidades discordantes en nuestra vida. Al ir tomando consciencia de nuestros procesos internos vamos quitando todas esas capas de «alquitrán» que hemos ido incorporando a nuestra personalidad de manera artificial y construida.
Es entonces cuando se produce un fenómeno asombroso: comienza a vislumbrarse nuestra propia luz interna. En estas primeras fases nos empezamos a sentir más libres y es entonces cuando pretendemos que las personas que amamos inicien su propio camino de autodescubrimiento. Con nuestra mejor intención queremos que «despierten» y que se den cuenta de que hay otro camino.
Sin embargo, esto es imposible pues esas personas no «despertarán» por el hecho de que les mostremos el camino. Esto es porque cada uno tiene su propio proceso evolutivo que está marcado por su nivel consciencial. De manera que si una persona no está todavía preparada para algún tipo de toma de consciencia, por mucho que se les muestre el camino no lo verán aunque se encuentre delante de sus «narices». De hecho, es posible que las personas a las que se intenta ayudar se enfaden con el emisor del mensaje. Es muy probable que se sientan molestos e invadidos.
Por lo tanto, no intentes convencer a nadie de nada. La mejor forma de mostrar lo que uno va descubriendo al elevar la mirada es ser EJEMPLO. Es decir, ser un faro en la oscuridad. Esto significa ser la encarnación viva de aquello que se pretendía predicar. Que los demás lo vean en ti es la mejor forma de mostrar al mundo la luz que subyace a cualquier oscuridad. Si quieres mostrar que se puede vivir desde la paz interna, no intentes convencer a nadie. Sé tú esa paz viviente, irrádiala. Vive desde tu más pura esencia siendo fiel a ti mismo.
Al verte de ese modo, esas personas empezarán a preguntarte qué haces para estar siempre así. Cuando estén preparados seguirán tus pasos sin haberlos forzado a nada. Y esa es la mejor forma de ayudar a las personas a las que queremos. Ilumina con tu luz sin intentar convencer, imponer ni controlar nada. Simplemente sé un faro en la oscuridad.
Raquel Izquierdo Dasí
@raquelidcoach