Aquellos que me conocen o que, alguna vez, han venido a alguno de mis tratamientos saben que siempre he trabajado con productos 100% naturales. Los aceites naturales forman parte de mi día a día trátese del aceite de sésamo, almendras, rosa mosqueta, etcétera; así como una amplia gama de esencias de alta calidad.
En este
sentido, decidí probar al aceite de coco hará unos tres años. Como siempre, primero
pruebo los productos nuevos en mí y luego en mis clientes, pues nunca he puesto
un producto a alguien que yo nunca utilizaría para mí.
Y es que
parece que este aceite esté de moda puesto que lo venden hasta en los
supermercados. ¿Pero qué tiene de especial? Bien, no os voy a hablar de
cuestiones técnicas, pues ya hay mucha información sobre ello en internet. Este
post es para hablaros desde mi
experiencia personal, y la realidad es que a mí me parece un aceite
excelente. Lo puedes usar para hidratar la piel (es un excelente antiarrugas),
como mascarilla de pelo, como enjuague bucal, como dentífrico, incluso existen
estudios que confirman que se pueden utilizar como óvulos vaginales.
En mi
opinión me parece un magnífico cosmético aunque soy muy consciente del enorme
interés, por parte de la industria cosmetológica, por vendernos todos sus
potingues. Y aunque también tiene muchos beneficios para la salud mediante su
ingesta, de momento no le he dado uso culinario.
En resumen,
un producto altamente recomendable. Eso sí, aseguraos de que el aceite de coco
que utilizáis sea de buena calidad. Yo compro el virgen extra de origen
ecológico y orgánico en el herbolario.
Raquel Izquierdo Dasí
@raquelidcoach